Ley trans, no nos conformamos con un parche
La aprobación de la Ley Trans en España fue un avance significativo en el reconocimiento de los derechos de las personas trans y no binarias. Sin embargo, no podemos obviar que esta ley dejó fuera a sectores especialmente vulnerables de nuestro colectivo: las personas migrantes, los menores trans y las personas no binarias. Este vacío legal no es solo una cuestión administrativa, sino que tiene consecuencias reales en la vida de muchas personas, generando situaciones de desprotección que podrían haberse evitado.
Para las personas trans migrantes, la falta de reconocimiento legal de su identidad supone una barrera adicional a las ya numerosas dificultades que enfrentan. Muchas llegan a España huyendo de países donde ser trans es sinónimo de violencia, persecución e incluso muerte. Sin embargo, aquí se encuentran con una legislación que no les permite modificar su documentación si no tienen la nacionalidad española. Esto las obliga a vivir con documentos que no reflejan su identidad, lo que limita su acceso a derechos básicos como el empleo, la sanidad o la vivienda.
Otro grupo que quedó parcialmente excluido de la ley son los menores trans. A pesar de que se reconocieron ciertos derechos, todavía existen limitaciones para que los niños, niñas y adolescentes puedan autodeterminar su identidad sin necesidad de la aprobación de terceros. Se sigue desconfiando de su capacidad para decidir sobre sus propias vidas, perpetuando la idea de que su identidad debe estar sujeta a un proceso de validación externa. En un momento tan crucial como la infancia y la adolescencia, negar el reconocimiento legal puede aumentar los niveles de ansiedad, depresión y sufrimiento de estos menores.
La Ley Trans tampoco ha dado una respuesta clara a las personas no binarias. En España, el reconocimiento legal sigue atado al binarismo de género, lo que significa que quienes no se identifican ni como hombres ni como mujeres no pueden ver reflejada su identidad en su documentación. Esta omisión niega su existencia y los deja en un limbo legal que les obliga a encajar en categorías que no les representan. Si realmente queremos construir una sociedad que respete la diversidad, debemos avanzar hacia un modelo más inclusivo en el que la identidad no dependa de un sistema binario impuesto.
Desde Ponts d'Igualtat creemos que una ley que deja fuera a los sectores más vulnerables del colectivo LGTBI+ es una ley incompleta. Por eso, seguiremos alzando la voz para que ninguna persona trans, migrante, menor o no binaria quede en el olvido. La igualdad legal no es un privilegio, es un derecho. Y hasta que sea una realidad para todas, todos y todes, no dejaremos de luchar.
Por Aitor Pla.